domingo, 28 de marzo de 2010

Volviendo a casa





27 marzo 2010. Primer vuelo con la Mojo3. Y también mi primer vuelo después del bofetón. Seis (casi siete) meses sin despegar los pies de tierra firma y con una nueva maleta de sensaciones añadidas al equipo de vuelo.

Asi que me fue bastante duro equiparme porque sentí que me enfrentaba a un cacharro desconocido. Para que comprendáis un poco lo desconocido que me era todo, que ya ni me acordaba como sujetar las bandas. Las rachas de viento me parecían que iban a 40 Km/h, aunque realmente no era así, pero a mi sí que me lo parecía. Me daba terror solo pensar que esa tela de colores me volviese a dominar. Cuando las rachas bajaban mi cuerpo me pedía volar, pero solo en esos escasos momentos. Un cúmulo de pensamientos y sensaciones extrañas se agolpaban en mi cabeza.

En algunos momentos quería desatarme de la silla y salir corriendo de ahí y en otros mi cuerpo necesitaba llegar al borde de la ladera. Y todos esos sentimientos me tenían descontrolada.

En cuánto entró una racha floja, levanté la vela y la volví a dejar caer. Sabía que lo había hecho porque no llevaba radio y no debía correr riesgos innecesarios. Enseguida me empezaron a brotar unos lagrimones que yo no conseguía comprender.

Volvió a subir la racha y yo volvía a estar al borde del pánico, para que engañarnos. Ansiando otra vez desatarme de la silla.

Después de un tiempo que a mi se me hizo eterno, volvió a bajar la racha y otra vez hizo su aparición la necesidad de volar. Tenía otra vela encima de la mía y eso me estaba agobiando. Javi me tranquilizó y me dijo que no pasaba nada que anduviera para atrás para poder quitarmela y así hice.

Entró otra racha baja, levanté la vela y ella me respondíó como yo no me esperaba. Subió sin el más mínimo esfuerzo y se mantuvo ahí arriba como un caballero cediéndome el paso.

Las galanterías siempre me han gustado y no lo pude resistir, me giré, recordando que con poco viento hay que correr y solo di tres zancadas y ya estaba volando.

Sí, he dicho zancadas y no pasitos, algo extraño en mi, pero es que sentía que iba a volar con un caballero y no podía defraudarle.

Aunque me han contado que la tercera no fue una zancada sino mi cuerpo lanzándose al vuelo como si me despojara de muchas cosas.

El viento venía de oeste, ligeramente cruzado de norte. Nada más salir como una autómata me fui buscando esa incidencia norte. Oí que Oce gritaba, el grito que yo solía hacer cuando mi pies dejaban de tocar tierra firme, pero que esta vez no me salió. No sé por qué, pero no tuve la sensación de liberación y tampoco estaba asustada, supongo que eran demasiados sentimientos como para poder etiquetar a alguno de ellos.

No recuerdo que más hice, solo que después oí a Oce por la radio que me empezaba a indicar. Se lo agradecí, porque entre otras cosas, soy un poco bestia y me sentía tan en buenas manos con mi Mojo3, alias Ilde, que habría intentado probarle y yo no estaba para eso.

Fíjaros que se le ocurrió a Oce decirme que había algo que podía girar si me apetecía y me fui a buscarlo. Dicen que ahí sí que solté mi grito de guerra, pero yo no lo recuerdo.

Solo sé que me estaba gustando y que quería subir. Está claro que no lo podría encontrar, pero mi reacción me sorprendió muchísimo.

¿Dónde se había ido mi terror? Y yo que creía que me conocía, pero supongo que me conozco en tierra firme, volando soy otra persona.

Al intentar cazar algo en esas burbujillas térmicas perdí bastante altura así que ya no podía hacer la toma que en un primer momento había pensado.

Chan estaba abajo y su calmada voz me devolvió a la realidad. Tenía que planificar una toma en vez de entretenerme buscando cosas que no iba a encontrar. El lugar habitual para aterrizar estaba arado y como sigo teniendo el temor a lesionarme, busqué otro campo que parecía más compacto y que estaba al otro lado de la carretera.

Había viento casi cero, pero la toma fue perfecta, mi acompañante me volvió a sorprender porque al igual que yo, no quería bajar a tierra firme, pero dócilmente se dejó convencer y se posó como una pluma sobre la tierra. En la toma sí que grité y dejé que mi emociones fluyeran a su antojo. Eran tantas y tan contrarias que no intenté comprenderlas, simplemente dejarlas fluir.

Supongo que mucha gente pensó que debía sentirme radiante de felicidad por haber logrado traspasar esa barrera que todo accidente crea. Pero no sé, tengo muchas sensaciones que ordenar y muchas etapas que quemar. Quizás yo no me recupere a la misma velocidad que los demás. A mi caer veinte metros casi como si fuese una piedra es algo que me va a costar mucho limpiarme del coco.

Chan me dio unos sabios consejos. Él está habituado a ver a gente recuperarse de accidentes de vuelo. Me dijo que me lo tomara despacito y con calma, que si intento forzarme puedo dar unos pasos para atrás, que mientras vaya despacio sin exigirme demasiado iré avanzando hasta recuperarme completamente.

He querido compartir esto con vosotros y con cualquier otra persona que sufra un accidente en vuelo. El miedo, el temor, el terror, son sentimientos sanos después de un accidente y no hay que avergonzarse de ello. Y tampoco suponen un punto y final.

Como dice la cita de nuestro blog: Se crees que puedes, podrás; si crees que no puedes, tendrás razón.

Pero eso sí, creo que hay que tomarse la vuelta con MUCHA calma, por lo menos en mi caso.

9 comentarios:

Oce dijo...

Esther, muchas gracias por volver.

Creo que a todos nos sorprendio tu vuelo, que fue espectacular, todo muy contolado. Es como que nunca hubiese pasado nada, ahora el ritmo lo marcas tú y solamente tú....


Denuevo gracias por volver...

Un Saludo...

Oce..

ivan dijo...

Felicidades Esther!! no me imagino lo que te paso por la cabeza el momento del despegue.
Ahora poco a poco y sin prisas.

Alioth dijo...

Gracias Oce.
Se siente una bien volviendo. Creo que marcaré un ritmo lento, sabiendo que puedo retroceder si me meto prisa, y no me apetece seguir retrocediendo. Ya retrocedí cuando estuve tantos años sin volar y no me apetece estar siempre empezando de nuevas.

Muchas gracias Iván! El momento del despegue creo que fue el mejor. Los previos fueron lo más dificil.
Si, iré poco a poco. Ahora necesito más campa que vuelo. Aun así no pierdo de vista ir a Castejón este año! :-)

Besotes

Anónimo dijo...

Me alegra mucho que hayas vuelto a volar y que dejaras fluir tus emociones muchas felicidades por ese vuelo y espero que pronto recuperes tu grito de guerra un beso susana.

ivan dijo...

Al final alguien inmortalizó el momento del vuelo.
Lo de Castejón seria genial.

Alioth dijo...

Sí, al final van saliendo fotillos. Esta la hizo Javi, pero como no se esperaba que fuese a salir pues solo le dio tiempo a unas pocas fotos ya un tanto lejos del despegue. :-) Por lo visto Inma también lo inmortalizó, aunque dice que no son muy de su gusto, así que todavía no las tengo.

Hey Susana, me alegra verte por aqui. Muchas gracias guapísima. Bueno, es cuestión de darle tiempo al tiempo. Aprovecharé esta semana santa para hacer mucha campa.

Besotes

Anónimo dijo...

Hola Esther,soy la otra Inma la de Pepín y aunque soy ufana en estos menesteres del parapente me alegre un monton de veros volver a volar tanto a ti como a Oce.Debeis tener muchas agallas para volveros a enfrentar a volar después de lo sucedido pero pienso que ESTAIS HECHOS para volar("nasia pa volá" como dijistes jejeje)y tu grito se escucho libre mas de una vez.¡ENHORABUENA!

Alioth dijo...

Hola Inma.
¡Muchas gracias!
Superar cualquier temor en la vida siempre requiere de cierta valentía. No es valiente el que no tiene miedo sino el que lo supera.
Un accidente es un accidente y esto es exactamente lo mismo que cuando se sufre un accidente con el coche y se vuelve a conducir. Hasta que olvides lo que pasó es agridulce.
Un besote

Abe dijo...

No sabes como me ha gustado leer ésto... ¡¡Vamossssssssssssssss!!
Eres grande preciosa, a ver si vuelve el viajero que se busca y nos dedicamos un homenaje de los que nos gustan ;D
Miles de besos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡