Me siento enfadada con el universo, aunque quizás la realidad sea que en el fondo estoy enfadada conmigo misma. Estoy enfada por no saber parar, ni siquiera darme cuenta de que había cogido tal inercia que la velocidad iba en aumento. Ahora que miro la situación desde otra perspectiva, realmente era como estar metida en una especie de pista para trineo donde solo había cabida para un aumento de la velocidad según iba alcanzando etapas. Yo no sentía que estaba en un circuito cerrado, pero lo cierto es que mi cuerpo así lo interpretaba.
Luego apareció la dichosa falta de humor que tiene el universo. Seguro que alguna vez habéis oído decir: ten cuidado con lo que desees. Si no lo habéis oído nunca, todavía estáis a tiempo.
Como iba diciendo, el universo no tiene sentido del humor, aunque a veces nos pueda parecer lo contrario. Tú le pides y él te da. Es así de sencillo o más bien así de complicado. Digo complicado, porque uno debe medir mucho las palabras que emplee aunque no sean vocalizadas y se queden en el pensamiento, porque siempre serán interpretadas.
Por ejemplo, tú le pides tener más tiempo y tener más paciencia como una nueva cualidad a la que aspirar y él te da una fractura de tobillo. Así, sin previo aviso para poder ir haciéndote a la idea e ir preparando el terreno.
Como dice el refrán: los toros desde la barrera se ven muy bien. Y es cierto. Los que me conocéis pensaréis que simplemente debo dar las gracias por solo tener un tobillo roto, (contracturas aparte), y no están equivocados, pero como soy agradecida por naturaleza, se que dar las gracias no me va a eximir de mi aprendizaje.
El aprendizaje de cualquier cosa, sobre todo si supone un cambio importante en nuestra vida, es siempre duro de sobrellevar.
La vida no nos da más sufrimiento del que podemos soportar, aunque muchas veces lo dudemos. Por ello, con el tiempo, cuando miramos hacia atrás, aquella montaña de sufrimiento que tuvimos que escalar no nos parece tan grande, quizás por todo aquello que ganamos o adquirimos durante el tortuoso ascenso.
Son a fin de cuentas durante los reveses de la vida cuando aprendemos sobre nuestras verdaderas cualidades y capacidades, que de otra forma nunca hubiéramos descubierto. También es cuando recibimos cariño de personas que si no hubiese sido por este revés nunca hubiéramos sospechado que albergaban esos sentimientos hacia nosotros. Y también descubrimos que aquellas personas que nos ofrecían amistad antes del revés, era realmente una mera camaradería que mal interpretamos, pero que esto incluso es interesante y aporta mucho conocimiento interior.
Si lo miramos fríamente, sentimientos aparte, realmente negativo, lo que se dice negativo, no hay nada. Hay dolor, de eso no cabe ninguna duda y también hace su aparición en escena el puñetero temor, pero al final de ese trecho descubrimos que hemos llegado con la maleta llena de cosas buenas.
Hombre, si nos queremos poner negativos, siempre se puede poner uno negativo, porque no hay imposibles, pero entonces perderemos y desaprovecharemos muchas cosas y a mi personalmente no me gusta perderme ni ripio.
Aún así, como estoy al principio de mi camino, o mejor dicho, de esta inesperada frenada en seco, pues estoy muy enfadada y necesitaba dar esta pataleta, pero ya sabéis que me enrollo mucho, más que nada porque siento que tengo mucho que compartir.
Luego apareció la dichosa falta de humor que tiene el universo. Seguro que alguna vez habéis oído decir: ten cuidado con lo que desees. Si no lo habéis oído nunca, todavía estáis a tiempo.
Como iba diciendo, el universo no tiene sentido del humor, aunque a veces nos pueda parecer lo contrario. Tú le pides y él te da. Es así de sencillo o más bien así de complicado. Digo complicado, porque uno debe medir mucho las palabras que emplee aunque no sean vocalizadas y se queden en el pensamiento, porque siempre serán interpretadas.
Por ejemplo, tú le pides tener más tiempo y tener más paciencia como una nueva cualidad a la que aspirar y él te da una fractura de tobillo. Así, sin previo aviso para poder ir haciéndote a la idea e ir preparando el terreno.
Como dice el refrán: los toros desde la barrera se ven muy bien. Y es cierto. Los que me conocéis pensaréis que simplemente debo dar las gracias por solo tener un tobillo roto, (contracturas aparte), y no están equivocados, pero como soy agradecida por naturaleza, se que dar las gracias no me va a eximir de mi aprendizaje.
El aprendizaje de cualquier cosa, sobre todo si supone un cambio importante en nuestra vida, es siempre duro de sobrellevar.
La vida no nos da más sufrimiento del que podemos soportar, aunque muchas veces lo dudemos. Por ello, con el tiempo, cuando miramos hacia atrás, aquella montaña de sufrimiento que tuvimos que escalar no nos parece tan grande, quizás por todo aquello que ganamos o adquirimos durante el tortuoso ascenso.
Son a fin de cuentas durante los reveses de la vida cuando aprendemos sobre nuestras verdaderas cualidades y capacidades, que de otra forma nunca hubiéramos descubierto. También es cuando recibimos cariño de personas que si no hubiese sido por este revés nunca hubiéramos sospechado que albergaban esos sentimientos hacia nosotros. Y también descubrimos que aquellas personas que nos ofrecían amistad antes del revés, era realmente una mera camaradería que mal interpretamos, pero que esto incluso es interesante y aporta mucho conocimiento interior.
Si lo miramos fríamente, sentimientos aparte, realmente negativo, lo que se dice negativo, no hay nada. Hay dolor, de eso no cabe ninguna duda y también hace su aparición en escena el puñetero temor, pero al final de ese trecho descubrimos que hemos llegado con la maleta llena de cosas buenas.
Hombre, si nos queremos poner negativos, siempre se puede poner uno negativo, porque no hay imposibles, pero entonces perderemos y desaprovecharemos muchas cosas y a mi personalmente no me gusta perderme ni ripio.
Aún así, como estoy al principio de mi camino, o mejor dicho, de esta inesperada frenada en seco, pues estoy muy enfadada y necesitaba dar esta pataleta, pero ya sabéis que me enrollo mucho, más que nada porque siento que tengo mucho que compartir.
Alioth
9 comentarios:
¡¡haayyyyyyyy cojita!!
Vaya mala pata...
No te desesperes y sobre todo haz bien la recuperación de ese tobillo, no pretendas terminar cuanto antes...
Además así puedes aprovecharte del "mastuerzo" y que te de cuidados y mimos...
En na y menos nos vemos y prometo no meterme con tus muletas ji ji ji¡¡¡
Un besazo preciosa.
Hola Esther.
Esta claro que es muy facil decirte que tranquila, que tengas paciencia y que podia haber sido peor, pero solo uno sabe lo que le pasa por la cabeza en esos momentos, y lo digo con conocimiento de causa, pero dice un proverbio chino (que son muy recurentes y tienen uno para todas las situaciones) que: si algo tiene solucion para que preocuparse y si no la tiene para que preocuparse.
Asi que ¡animo!
Un beso
Gracias Abe por esos ánimos. Aunque se me da mejor hacer el papel de cuidadora que el de paciente. Quizás porque en este último no tengo experiencia :-)
Y mucho cuidadín con meterte con mis muletas; no olvides que son un arma en potencia y que les he cogido el manejo.
Besotes guapetón.
Iván, gracias a ti también. Ya sé que has tenido que pasar por estos enervantes momentos de inactivida en algún momento de tu vida. Muy bueno el proverbio chino, ¡me ha encantao!
Besiños
P.D. Ahora ya no podemos presumir que solo los chicos de los Tres Sesientan estén averidado.Grrr!!
Esthercita !
Me alegra leerte por aquí de nuevo.
Está muy bien patalear... y si estás cerca de tu marido aprovecha y le das (hombre Javi, con alguien se tedrá que descargar la chica no?)
Mucha fuerza y siempre hacia adelante.
Besotes míos y de la Chancha.
Juanma gracias por la idea. Aunque ya me he calmado bastante,(o eso creo yo). No hay nada más sano que una buena pataleta a tiempo y luego a otra cosa mariposa. ;-)
Besotes para ti y Leti.
No sabes como te entiendo, siempre se aprende de las situaciones dificiles, aprendes donde están tus amigos y con quien cuentas de verdad la vida es aprender.
Tómatelo con paciencia y sobre todo no dejes entrar el miedo, siempre aparece y se cuela por los resquicios mas ocultos de nuestra mente tratandonos de impedir hacer lo que nos gusta no le dejes vencer. Te esperamos en el aire (con una piernita mal también se puede volar no??)
Oskar, muchisimas gracias por tus ánimos.Y sí, voy a tener que tomarme muchas cosas con calma. La lástima es que no tengo tanta destreza como para volar con una piernita solo ;-(.
Mirando el lado bueno, retomaré el vuelo en otoño/invierno. Espero que pueda recuperar suficiente confianza para cuando llegue la primavera.
Muchas gracias otra vez Oskar, eres un ángel.
Hola Esther,somos Inma y Pepin.Dice tu "compi de vuelo" que como lo llevas jovenzuela y que tal llevas el pelo de largo para que puedas ondearlo al viento como sólo tu sabes hacer con tanto gracejo.
Bromas aparte...me alegro de que ya esteis mejor y que todo haya sido un pequeño susto,ahora sólo un poco de paciencia y a recuperarse para seguir disfrutando de muchos vuelos mas.
Tu compi dice que te mejores y que todo los "tres sesientan" sigamos apoyandoos y todos juntos por mucho tiempo tanto en los buenos momentos como en los malos.
Por nuestra parte solo desearos lo mejor,que os pongais en forma pronto que tenemos que celebrarlo todos juntos por todo lo alto y que procuraremos participar mas en este blog a pesar de ser una ufana en estos lares y a Pepin le apuntare a "clases de apoyo" de informatica.
Un beso y un abrazo muy fuerte para todos:Inma y Oce,Javi y Esther,Iván y Carmen,Ruben,Juanma y Leti de parte nuestra.Nos vemos pronto en Caracenilla o en los Madriles ;)
Madre mia la que se ha liao por un porracito de nada que nos hemos dao, pero si realmente estabamos conparando los distintos tipos de sillas ya sabeis, airbag, espuma.
Hermanita, animo y quiero verte andando ya...
Un Saludo...
Oce..
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